La música tiene maneras curiosas de llevarnos a lugares distintos, embriagarnos de las más variadas sensaciones y hablarnos a través de los sonidos. Golpea nuestra puerta con mensajes que pueden ser atinados, incómodos, placenteros e incógnitas; siempre tiene algo para decirnos si estamos dispuestos a escuchar.
Nómade, le agrega una cuota de misterio a este cúmulo de sentimientos, algo que tal vez hemos perdido en la época de la hiperconectividad donde todo se vuelve predecible. Salimos a caminar exactamente por donde deberíamos con Google Maps en mano, vamos al restaurant recomendado por Tik Tok y escuchamos el tema recomendado por Spotify. Antes de ver a un artista miramos videos de sus shows en vivo, investigamos el venue, y sabemos exactamente qué esperar, aunque siempre la realidad sorprenda, hay una parte que está dada de antemano.
En esta experiencia el factor sorpresa se cuida desde el primer momento, al comprar tu entrada solo sabes en qué barrio se llevará a cabo la cita, pero la dirección exacta llega 24 horas antes. En cuanto a los artistas que se presentarán, pocas veces son revelados previamente, lo que solo se descubre estando presente.
Vivir el algoritmo de la vida real que nos llevó a ese “aquí y ahora”
En este caso, el pasado jueves la cita fue en una terraza de Palermo, el piso se llenó de alfombras y almohadones para ponerse cómodo bajo las estrellas. El bar contaba con snacks y distintas opciones de bebidas para degustar en la previa, una vez comenzado el show, el bar cierra sus puertas hasta el intervalo para no interrumpir el ritual donde la música es la protagonista.
Micaela Basadoni fue la primera artista en regalarnos sus canciones en formato acústico, con una voz particular que lo invadía todo. El público agudizó la escucha sin distracciones, sin celulares ni cuchicheos. Micaela interpretó ‘Boedo’, ‘En la Terraza’ y ‘Matecitos’ de su disco Explicaciones (2020) y también algunos temas de su último trabajo Árboles (2024). Luego de una breve pausa para rellenar las copas de vino y reactivar la charla poco a poco, Cítrico hizo su aparición para cerrar la velada. Nos adelantó canciones de lo que será su próximo álbum y aprovechó para charlar con los presentes sobre alguna de las historias detrás de sus creaciones, como aquella remera que prestó y ya no quiere ver más o esa canción que escuchaba con esa persona especial y ya no puede darle play; la intimidad del espacio permitía el despojo. ‘Atemporal’, ‘Nosotros Dos’ y ‘Café’ fueron algunas de sus elegidas, más el cover de ‘Loco’ de Andrés Calamaro.

Este evento es una gran oportunidad para conocer a artistas emergentes y vivir el algoritmo de la vida real que nos llevó a ese “aquí y ahora”. A través de las canciones podemos recibir mensajes que esperábamos, como una galletita de la fortuna, las líricas se vuelven oráculos.
Si necesitas una señal o vivir una experiencia musical atípica, podés sumarte a alguna de sus próximas fechas, hay oportunidades todas las semanas. Más información acá.