Un rectángulo de cartón brilloso del tamaño de una mano era recibido por los asistentes del show de Fin del Mundo en Niceto Club. Un guiño analógico en un mundo donde todo registro es digital y los nostálgicos junta papelitos se quedan con cada vez menos insumos. Contenía una ilustración del flyer de la fecha con tres chicas en medio de un bosque, las fases de la luna y unas manos que traman magia. Con la mención especial a los chilenos de La Ciencia Simple quienes fueron los encargados de inaugurar la noche.
“No soy más que un punto en el paisaje”
Se abrieron las cortinas y un bosque iluminado irrumpió en la oscuridad de Niceto. Unas ramas perfectamente delineadas con luces cálidas se desplegaron por todo el escenario. Durante unos minutos los sonidos propios del bosque invadieron los oídos del público: ranas, pájaros, luciérnagas y hojas movidas por el viento patagónico de sus orígenes. Una vez que se aseguraron de que todos estén sumergidos en esa atmósfera, las chicas hicieron su aparición. Lejos de hacer un ingreso disruptivo y de alto voltaje, entraron en ritmo con la sonoridad propuesta, con calma. Como un oso que inspecciona la selva antes de recostarse sobre algún colchón de hojas, instrumentalmente prepararon el terreno antes de dar comienzo con ‘Una Temporada en el Invierno’, tema que abre el disco que presentaron esa noche Hicimos Crecer Un Bosque (2024). La banda que cobró notoriedad internacional con su sesión de KEXP y les permitió girar por Europa volvió al país para la presentación varios meses después de la salida del disco en octubre del año pasado. “Esto es para ustedes”, expresó Lucía Masnatta cantante y guitarrista, dejando claro desde el principio que lo que pasa abajo del escenario es tan importante como lo que sucede arriba.
El primer invitado de la noche fue Guillermo Mármol, cantante de Eterna Inocencia, para hacer juntos ‘El Día de las Flores’, quién también formó parte de la grabación del tema en el álbum. “No soy más que un punto en el paisaje” reza la letra del tema y es el statement que define a la identidad de la banda. En ese paisaje, la voz juega un papel secundario, onírico, que acompaña a lo instrumental que busca dejar un mensaje por sí mismo, evocar lo sensorial más allá de las letras. ‘Vendrá la Calma’ incluso cuenta con las cuatro voces de sus integrantes cantando al unísono: Julieta ‘Hache’ Heredia (guitarra), Yanina Silva (bajo) y Julieta ‘Tita’ Limia (batería) se suman a Lucía, formando un gran eco.
En medio de la introspección, también hubo lugar para hacer crecer un pogo con temas como ‘Devenir Paisaje’ y ‘El Próximo Verano’ de su primer disco Todo Va Hacia el Mar (2023). Luego llegaría el segundo invitado de la noche fue Nicolás Aimo en sintetizadores para hacer ‘Microclima’, quién formó parte de la grabación y mezcla del álbum.
El sentido de comunidad es clave en su proyecto
El recorrido del setlist siguió por su último trabajo y cerca del cierre llegó la canción que cuenta su historia: ‘Vivimos Lejos’. Lucía y Julieta son oriundas de la provincia de Chubut y si bien Yanina y Julieta son de Morón, adoptaron como grupo un sonido sureño que llevan como bandera de la mano de las letras de Lucía. Desde la gráfica de los discos y la escenografía, hasta su estilo shoegaze con efectos atmosféricos, reverb y delay, marcan un estilo propio, dando como resultado un rock ahumado pasado por un filtro onírico que nos conduce en su trance. Otro aspecto clave de su proyecto es el sentido de comunidad. El boca en boca virtual que se armó tras su sesión de KEXP es una muestra de que la fuerza está en quienes te eligen. Tienen presente que a buen puerto no llegaron solas, sino que lo hicieron acompañadas de sus amigos, familia y staff que más que venir a cumplir un rol laboral sienten el proyecto como propio. Esa noche, los invitaron a subir al escenario, más de doce personas cantando y bailando junto a ellas.
Para seguir con la atmósfera generada y que el viaje no tenga interrupciones, hicieron el último tema sin encore, la elegida fue ‘El Incendio’. Se despidieron sin demasiadas reverencias, con la convicción de que el fuego fue encendido esa noche.
