Sábado a la noche otra vez en Niceto que recibe a dos bandas que anunciaron una fecha tan solo dos semanas antes de su celebración, asumir un riesgo a veces sale bien, los éxitos son de los valientes. La primera en subir al escenario fue Diosque, el proyecto del músico tucumano Juan Román Diosque que estuvo acompañado de una banda compuesta por batería electrónica y platillos, bajo, teclado y coros. Su estilo mezcla la música electrónica de beats y sintetizadores que coquetea con el pop y el lo-fi. Hizo bailar a los presentes con un setlist que repasó varios pasajes de su discografía: ‘Varias Mitades’ y Chau de Terruño (2019) y ‘Trastorno de Personalidad’ de su último álbum Rampaluz (2022), entre otros. Para el cierre volvió a Constante (2024) haciendo ‘Una naranja’ que contó con un solo de saxo al final y se despidió con ‘Bronceado’.

El horario de comienzo de Mi Amigo Invencible (MAI), la segunda banda en presentarse esta noche, se atrasó un poco por lo que el público comenzó a arengar para que salgan a escena. Finalmente, cerca de las 22 hicieron su aparición con ‘Impecable’ y ‘Caballos’. ‘Pantera’ fue lo que siguió donde apareció una de las primeras referencias a otros artistas que incorporaron como mash up en varias canciones durante la noche, en este caso ‘La Bestia Pop’ de Patricio Rey & Sus Redonditos De Ricota. En el caso de ‘Bip-Bip No Me Hables’ sumaron parte de la letra de ‘Mandolín’ de Gustavo Pena – El Príncipe y guiños a Charly García aparecieron en ‘Desayuno Continental’ y ‘Batalla Gigante’.
La iluminación es uno de los elementos clave de los shows en vivo de la banda
‘Suavemente Entusiasmado’ fue la que despertó uno de los primeros pogos, una canción que tiene un comienzo tranquilo pero al final va subiendo la intensidad. Luego fue el turno de ‘Un mapa’: “Quiero llegar lejos, rojo y verde el horizonte” reza la letra y las luces acompañaron en el mismo tono. La iluminación es uno de los elementos clave de los shows en vivo de la banda, en este caso, no contaron tampoco con visuales que vistan las canciones, pero con la puesta pensada para generar los climas necesarios a través del color, la pantalla no fue extrañada. Y estos tonos son acompañados por el sonido mántrico que generan sus melodías, donde en el vivo cada canción tiene un final extendido uniéndose con las siguientes. Un fueguito que mantienen siempre prendido, a la que le van tirando maderitas en forma de canciones para que siga latente.

Generando un momento de intimidad acústico, trajeron del cajón de los recuerdos ‘El Mismo Sol’ de 2017 que hace tiempo no sonaba en vivo. Nuevamente las luces on-point hacían del escenario un living donde el sol entraba por la ventana desde atrás, recreando la letra y generando un ambiente acogedor. A este momento solo le puede seguir un clásico que también nos lleve a la identidad de la banda: ‘Máquina del Tiempo’. Ya cerca del final fue cuando Mariano di Cesare —frontman de MAI— se dirigió a su público para decir un poquito más que gracias, destacó el acompañamiento con muy poco tiempo de anticipación y agregó: “Son días muy oscuros para muchos, no queda otra que juntarnos. Dije que no iba a llorar y antes de salir a escena me imaginé estando acá frente a ustedes y lloré. Es muy importante que estemos todos acá hoy”. Se lo vió conmovido, aunque no explico del todo las razones, siempre que algo nos golpea, lo mejor es estar acompañados y que mejor que hacerlo a través de la música.
Sobre el final hicieron sonar ‘Reflejo y ‘Olímpica’, la elegida para darle cierre a la noche fue ‘Acto de Fe’, un arrojo que ya llevan como lema, como escudo protector. La confianza en que siempre habrá de que agarrarse cuando soplen fuertes vientos, solo hace falta hacer sonar las canciones y un grupo de entusiastas que las acompañen.