El sonido de Piba se caracteriza por la mezcla de garage, surf, punk y space rock que se influencia de Hinds, Tame Impala o Nirvana; pero con una actitud más cercana a The Runaways. Fui a escuchar un poco de que se trataba su propuesta y a conversar con ellas en su sala de ensayo, ubicada detrás de una pintoresca puerta azul en Villa Urquiza. Allí me esperaban Macarena Merlo (composición, voz principal y guitarra), Estefanía Quintana (bajo y coros), Margarita Ruben (guitarra principal y coros) y Anabella Casale (batería). Se sentaron en ronda en la alfombra vintage que decoraba la sala y comenzamos la entrevista en medio de los instrumentos y luces en tonos rojos y azules.
Sobre los comienzos de la banda y cómo se conocieron, Macarena cuenta que fue ella quien fundó el proyecto en 2017 que se mantiene de manera independiente: “Surgió más como un juego para divertirnos y no teníamos como objetivo tocar en lugares, simplemente quería armar temas y juntarme con otra gente a hacer música. Tampoco tenía pensado que sea una banda de mujeres, se fue dando de una manera natural. En cuanto a la formación, la realidad es que cambió varias veces y con las chicas que forman parte actualmente estamos desde antes de la pandemia, en 2019”. “Me pregunto cuál será la siguiente formación…” comenta Magu y todas ríen. “No, esta es la mejor, la única y la última. Piba muere acá” le contesta Maca y retoma la historia: “Primero éramos Magu, Ana y yo y nos pusimos en búsqueda de una bajista. Y en una fecha de Dilda Festival en Ladran Sancho conocimos a Tefi que toca también con otras bandas y le pedimos que se sume. La verdad fue amor a primera vista con todas. Hubo también una cuestión de probar si fluía y si conectábamos en la dinámica del día a día, que claramente funcionó”.
“A los 8 años vi una batería Tama doble bombo en una vidriera y dije ‘quiero eso’”
La música estuvo presente desde la infancia de cada una de las integrantes. Magu comienza contando su historia que la trajo desde Pehuajó a la capital: “La movida cultural allá es bastante chiquita, por no decir nula, o al menos lo era en ese momento, pero siempre sentí una conexión. A los 11 años, vi que el hermano de una amiga tenía una guitarra y le pregunté: “¿Qué es eso que tenés ahí?” fue un camino de ida, quedé como flasheada. Empecé estudiando lo básico en una escuelita de allá y después cuando me vine a estudiar acá diseño gráfico, me empecé a meter un poco más en ese mundo y tomarlo como un segundo trabajo”. Por su parte, la batera nos regala la anécdota que definió su camino: “Me acuerdo de que cuando tenía 8 años, iba caminando por la calle con mi vieja y veo una batería Tama doble bombo que ocupaba toda la vidriera, yo no tenía la menor idea de lo que era, pero le dije ‘quiero eso’. Un poco se quería matar, pero entró y ahí nomás me anotó para que empiece a tomar clases, desde ahí no paré. Yo vengo de otro estilo, más del heavy metal y en Piba un poco me convirtieron [risas], pero es un lindo desafío”.
“Antes quería tocar la guitarra como David Gilmour y ahora quiero tocar como Marilina Bertoldi”
En cuanto al camino emprendido por Tefi nos cuenta que su inspiración nació de sus viejos, ya que su papá era muy melómano, su mamá estudió piano en el conservatorio y canta hasta el día de hoy en un coro: “Trataron de transmitirme las bandas que amaban, pero tengo que reconocer que he escuchado cumbia de manera ilegal a escondidas en mi casa [risas]. En cuanto a el bajo, siempre fue el instrumento que más me llamó la atención, pero también canto porque es lo más cercano tenía desde chica, tanto que empecé haciendo coros en una banda de reggae, que nada que ver a lo que hago ahora”. Última en la ronda, la frontwoman nos cuenta que comenzó en la escuela primaria donde les enseñaban a tocar el teclado y leer música: “Ahí me compré mi primer órgano y después cuando me metí más en el rock me puse como objetivo aprender a tocar la guitarra eléctrica, que arranqué a los 20. Dos años después de practicar, empecé también a componer y me surgió la idea de armar una banda y nació Piba”.
La charla comienza a tomar otro tinte cuando la palabra «referentas» entra en escena, Tefi reflexiona que el hecho de que hoy haya más visibilidad a proyectos de mujeres ayuda a animarse más. Salir de ese respeto exagerado, cortar con la lógica de que solo si lo haces manera extraordinaria vas a poder llegar a ciertos lugares de trascendencia en la escena: “Con iniciativas como la Ley de Cupo Femenino en Festivales, se aseguran ciertos espacios. La realidad es que nos hemos fumado miles de bandas malas de chabones, es hora de que también haya lugar para todas las bandas de pibas”.
El resto de las chicas asienten y el debate se forma alrededor de la importancia de copar espacios que fueron históricamente designados para ellos, como ser una estrella de rock o futbolista: “Siempre hubo mujeres en el ambiente under, pero no con la exposición que tienen hoy. Antes quería tocar la guitarra como David Gilmour y ahora quiero tocar como Marilina Bertoldi, aunque a David lo sigo amando y haya seteado mis bases de guitarra. Creo que es importante que hoy tengamos otro acercamiento como mujeres a la música al ver exponentes del género con las que nos podemos sentir más identificadas”, dice Magu. A lo que Maca agrega: “A mí me ha pasado de comprar por Mercado Libre un pedal o algún instrumento y han asumido que era para mi novio ¿Por qué no puede ser para mí?. Por suerte estamos empezando a cambiar eso”.
“Muchas veces solo falta un empujoncito de visibilización”
No es casualidad que el proyecto haya sido uno de los primeros elegidos para formar parte de Goza Records creado por Barbi Recanati y Futurock. Este pone a disposición el estudio Átomo, la publicación del material en las plataformas digitales y la difusión en la radio para impulsar proyectos con mujeres al frente. “Hasta ahora, las repercusiones fueron positivas. Piba, por ejemplo, es una banda que tenía un año, había tocado un par de veces en vivo, sacaron su simple por Goza y al mes tenían 50 mil escuchas. Fue zarpado, porque fue la prueba de que lo único que necesitaban era un empujoncito de visibilización«, comentó Barbi sobre la banda en una entrevista. Desde esa elección que cambió el curso de su carrera hasta el día de hoy, la banda fue creciendo en convocatoria y se encuentra trabajando en un nuevo material.
Las chicas retomaron el ensayo y se respiraba un aire distinto, su propuesta estética y su sonido que se diferencia al que predomina en la escena nacional actual, llevan al rock nuevamente al centro. Si tienen la oportunidad de ver a Piba en vivo no la dejen pasar.
Nota publicada originalmente en mapsound.ar – 31/08/2021